MANAGUA.- El régimen de Daniel Ortega intensificó su ofensiva contra la sociedad civil en Nicaragua al clausuar 169 organizaciones no gubernamentales (ONG), entre las que se encuentra la reconocida organización de protección infantil Save the Children. Este último golpe eleva a más de 5.660 las entidades cerradas desde 2018, en un esfuerzo sistemático por silenciar cualquier forma de disidencia o apoyo a la oposición.
Entre las organizaciones clausuradas, se destacan 80 iglesias evangélicas y varias asociaciones católicas, reflejando el endurecimiento de las políticas de Ortega contra grupos religiosos. Además, la Fundación contra el Cáncer y Sida y la Asociación Camilo Ortega, dedicada a conmemorar la figura del hermano del presidente, también han sido afectadas. El cierre de la Asociación Camilo Ortega, según las autoridades, se debió a la falta de transparencia financiera, un argumento comúnmente utilizado por el régimen para justificar la represión.
El Ministerio del Interior, responsable de ejecutar estas acciones, argumentó que las organizaciones cerradas no cumplieron con las leyes vigentes, lo que llevó a la cancelación de su personalidad jurídica. Según la nueva normativa, los bienes de estas organizaciones pasarán a manos del Estado.
Esta represión ocurre en un contexto donde Ortega, en el poder desde 2007, enfrenta críticas y sanciones internacionales, especialmente de Estados Unidos y la Unión Europea, que lo acusan de medidas autoritarias. El dictador, sin embargo, desestimó estas críticas, reafirmando que Nicaragua es un país soberano que no acepta órdenes extranjeras.
El régimen nicaragüense también implementó una nueva ley que obliga a las iglesias a pagar impuestos y limita las actividades de las ONG a alianzas con entidades estatales, aumentando la presión sobre los sectores religiosos y civiles del país. La situación ha sido calificada como «alarmante» por la ONU, que ha denunciado la persecución sistemática contra la sociedad civil nicaragüense.
FUENTE: Con información de Europa Press y AFP