CIUDAD DE MÉXICO — Un sacerdote católico y un pastor de la Iglesia morava de Nicaragua denunciaron en Ginebra que el régimen de Daniel Ortega intensificó “la persecución y la represión” contra las distintas agrupaciones religiosas y sus seguidores, al punto de prohibir sus actividades y enviar a decenas de sacerdotes al exilio.
“El régimen pretende no solo arrebatarnos nuestras tierras sino también controlar todos los espacios de nuestras vidas, incluyendo la Iglesia”, dijo el pastor moravo Francisco Alvicio Watshus, un indígena misquito que participó en un evento sobre derechos humanos paralelo al 57° período de sesiones de Naciones Unidas.
Watshus contó que fue obligado al exilio en Costa Rica “por pretender el derecho a la autodeterminación de mi pueblo”. Agregó que el régimen sandinista en la década de 1980, que Daniel Ortega presidió durante la primera dictadura sandinista también cometió “abusos, violaciones y asesinatos contra la población misquita”.
“Hoy quiere arrebatarnos nuestra cosmovisión ligada a la Iglesia morava”, afirmó.
«Persecución»
El régimen sandinista nuevamente persigue a la iglesia de Nicaragua, ordenó la clausura, el pasado 29 de agosto, de la Iglesia morava, fundada en la costa Caribe de Nicaragua en 1849. Watson dijo que esta Iglesia tiene más de 100.000 miembros activos y 350.000 colaboradores en esa zona.
“Pedimos a la comunidad internacional el asilo y refugio para los misquitos que ahora huyen de la represión en Nicaragua», afirmó el religioso, que también demandó “el cese del ataque a nuestra Iglesia, que se respeten nuestras creencias ancestrales y se nos permita regresar a nuestra tierra”.
En el panel se proyectó también un video de un “sacerdote católico exiliado” no identificado, cuyo rostro tampoco se mostró y su voz fue alterada “por temor a represalias”, según se dijo.
«Motivación política»
“Es evidente que la persecución a la Iglesia tiene una motivación política”, sostuvo el sacerdote en el video, tras señalar que esta situación se agravó después de la rebelión social de 2018, cuando el régimen de Ortega acusó a varios obispos de ser parte de “un fallido golpe de Estado” por respaldar los reclamos de la población.
Afirmó que hay una “estrategia de persecución” y que la libertad religiosa ha empeorado seriamente, pese a que la Constitución nicaragüense establece el respeto a la libertad de cultos.
El régimen no solo ha perseguido a las iglesias, también ha confiscado universidades e institutos. Estos han sufrido “robo de bienes inmuebles y congelamiento de cuentas bancarias”.
«Exilio»
Añadió que 260 religiosos y religiosas han sido obligados al exilio, en su mayoría nicaragüenses “que además fueron desnacionalizados”. Asimismo, el régimen expulsó del país a 14 congregaciones religiosas y cerró arbitrariamente 22 medios de comunicación católicos.
Las actividades religiosas han sido prohibidas por la policía en los últimos seis años y otras son permitidas bajo vigilancia o con restricciones de movilizarse.
Ariela Peralta, miembro del Grupo de Expertos de Naciones Unidas sobre Nicaragua (GHREN), quien señaló que el motivo de la persecución a las iglesias por parte del régimen sandinista “no es religioso, sino político”.
“Aquí no estamos hablando de que en Nicaragua se viola solo el derecho a profesar la fe, sino también el derecho a la libre expresión, circulación, reunión, a la nacionalidad y a la propiedad”, dijo Peralta al recordar que a cientos de opositores se les quitó su nacionalidad y se les han confiscado sus bienes en el país.
La experta indicó que el GHREN documentó una nueva “escalada a otras formas de represión, en la que el régimen pretende ganar las calles al perseguir a quienes tengan la capacidad de congregar personas, así como ejercer una represión transfronteriza” mediante reformas legales aprobadas recientemente.
FUENTE: Con información AP