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Estamos en Navidad y parece que las mascotas no son compatibles con la locura de los juegos pirotécnicos.
En la temporada de celebraciones y festividades decembrinas el uso de pirotecnia se convierte en casi una tradición, sin embargo, es una práctica peligrosa, que puede afectar a personas, animales y al medio ambiente.
Por María Isabel Rangel | 2001
A parte de los seres humanos, las mascotas también son sensibles a las detonaciones de petardos. En su caso, el estruendo de un explosivo les causa pánico y, al ser animales, no saben controlarlo.
“Los ruidos causados por los juegos pirotécnicos les crean ciertas fobias a los animales de la calle”, expresó la veterinaria Carlota Fuentes a 2001.
Asimismo, indicó que hay escenarios lamentables en los que algunas especies que vagan por las calles como por ejemplo los perros, que mueren por el miedo y alteración provocada por fuegos artificiales.
Los perros son capaces de oír hasta los 60.000hz, mientras que los humanos no oyen nada a partir de 20.000hz. Además, el factor sorpresa de la explosión es lo que más los afecta, debido a que no saben cómo resguardarse.
“Por eso mucha gente no deja a sus perros solos cuando es Año Nuevo”, señaló la consultada.
Cabe destacar que las aves pueden sufrir heridas de gravedad o morir inmediatamente si son golpeadas por algún estilo de productos a base de pólvora que son lanzados al aire.
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