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Estados Unidos es uno de los países que recibe mayor cantidad de inmigrantes argentinos, después de España. Y la Florida es el estado más elegido. Según datos oficiales, en Miami ya han fijado su residencia en el “estado del sol” 69.000 argentinos.
Por Clarín
Establecerse en otro país es un verdadero desafío. Tener un contrato de trabajo o realizar una inversión en propiedades o negocios, son algunas de las maneras de trasladarse sin correr el riesgo de vivir de manera ilegal.
En cualquiera de los casos, conviene conocer cuáles son las exigencias impositivas. Por cierto, Florida es un estado donde la gente paga menos impuestos que en otras partes de los Estados Unidos. Aquí, todas las claves.
Estados Unidos: ¿cuáles son los impuestos que se cobran en Miami?
Desde el sitio AARP (anteriormente American Association of Retired Persons), destacan las ventajas impositivas que ofrece la Florida respecto de otros estados. Sobresale el hecho de que, a diferencia de la Argentina, los ingresos personales no pagan impuestos. Por eso, también están exentas las ganancias de capital producidas por inversiones y dividendos.
Otro aliciente para quienes eligen a la Florida para radicarse es que allí no se pagan impuestos patrimoniales o sobre la herencia. Por ejemplo, si el dueño de una vivienda muere y estaba casado, el viudo o viuda seguirá recibiendo la exención por vivienda principal mientras siga viviendo allí.
Los impuestos sobre la propiedad varían según el condado, pero la Tax Foundation informa que la tasa promedio es del 0,98% del valor fiscal. Otra contribución en la que intervienen los condados es el impuesto sobre las ventas y el consumo: a nivel estatal asciende al 6%, pero al combinar las tasas estatales y locales llega al 7,02%.
El impuesto sobre la propiedad es percibido por los condados, según el valor del mercado al 1º de enero de cada año. Sin embargo, los residentes pueden obtener un beneficio fiscal de hasta US$ 50.000 mediante una exención estatal para la vivienda principal. El Programa Save Our Homes limita el aumento de la valuación de la vivienda a un máximo del 3%.
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