El candidato republicano Donald Trump encabezó el domingo un mitin en el Madison Square Garden de Nueva York que comenzó con una serie de comentarios vulgares y racistas por parte de aliados del expresidente.
Trump, una celebridad de Nueva York durante décadas, esperaba utilizar el evento en el icónico escenario para presentar su argumento final contra la demócrata Kamala Harris, a pesar de que el estado respaldó por última vez a un candidato presidencial republicano en 1984.
Trump habló repetidamente sobre sus planes para detener la inmigración ilegal y deportar a los inmigrantes que describió como «criminales viciosos y sedientos de sangre» si gana las elecciones del 5 de noviembre.
«El primer día lanzaré el mayor programa de deportación de la historia de Estados Unidos», afirmó. «Rescataré todas las ciudades y pueblos que hayan sido invadidos y conquistados».
Trump calificó a Harris como una «persona con un coeficiente intelectual muy bajo» y recibió aplausos de sus partidarios por su retórica dura hacia los inmigrantes.
Se comprometió a prohibir las ciudades santuario, que se niegan a cooperar con el gobierno federal en la aplicación de las leyes de inmigración, e invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para deportar a los inmigrantes con antecedentes penales.
Trump, que se presentó más de dos horas después de lo previsto, fue presentado por su esposa, Melania Trump, en una inusual aparición pública de la exprimera dama, que no ha acompañado a su esposo en la campaña.
Una larga lista de oradores de apertura incluyó al exluchador profesional Hulk Hogan, el exalcalde de la ciudad de Nueva York Rudy Giuliani y los hijos de Trump, Eric y Don Jr.
Algunos utilizaron un lenguaje racista y misógino para calentar el ambiente ante un estadio repleto.
Giuliani, exabogado personal de Trump, afirmó falsamente que Harris estaba «del lado de los terroristas» en el conflicto israelí-palestino.
El comediante Tony Hinchcliffe usó un lenguaje grosero al bromear diciendo que a los latinos «les encanta tener bebés» y llamó al territorio estadounidense de Puerto Rico una «isla flotante de basura».
La broma no tardó en recibir críticas del equipo de campaña de Harris, quien compite con Trump por los votos de las comunidades puertorriqueñas en Pensilvania y en otros estados sin clara preferencia política.
En una parada de campaña, Harris visitó el domingo un restaurante puertorriqueño en Filadelfia, la ciudad más grande de Pensilvania, y publicó un video en las redes sociales en el que prometía «invertir en el futuro de Puerto Rico» como presidenta.
El renombrado cantante puertorriqueño Bad Bunny le otorgó su apoyo a Harris poco antes del acto de Hinchcliffe. Al intérprete se le unieron famosos nombres de artistas boricuas como Ricky Martin y Jennifer López, quienes publicaron su respaldo por la demócrata a sus millones de seguidores en redes sociales.
El equipo de campaña de Trump, usualmente combativo, tomó la inusual medida de distanciarse de Hinchcliffe. “Esta broma no refleja las posturas del presidente Donald Trump ni de su campaña”, declaró la asesora Danielle Alvarez en un comunicado.
Pero otros oradores también realizaron comentarios incendiarios. David Rem, un amigo de la infancia de Trump, se refirió a Harris como “el anticristo” y “el diablo”. El empresario Grant Cardone le dijo a la multitud que vicepresidenta demócrata y sus “proxenetas destruirán a nuestro país”.
El evento del Madison Square Garden fue reflejo del tono que ha utilizado el expresidente a lo largo de su tercera campaña rumbo a la Casa Blanca. Aunque el domingo se abstuvo de hacerlo, Trump a menudo se refiere a Harris en términos ofensivos y personales, poniendo en tela de juicio en las últimas semanas la estabilidad mental y la inteligencia de la candidata demócrata, además de llamarla “holgazana”, un calificativo racista que se ha usado de forma habitual desde hace tiempo en contra de las personas de raza negra.
La campaña de Harris dijo en un correo electrónico que el mitin en el Madison Square Garden estaba «reflejando el mismo mensaje peligrosamente divisivo y degradante» que Trump.
La oponente presidencial de Trump en 2016, la demócrata Hillary Clinton, lo acusó de «recrear» una manifestación pro nazi que se celebró en el Madison Square Garden en 1939 antes de la Segunda Guerra Mundial.
Los críticos de Trump lo han acusado durante mucho tiempo de empoderar a los supremacistas blancos con una retórica deshumanizante y racista.
«Hoy esta es la casa de Donald Trump», dijo el luchador Hulk Hogan el domingo. Rechazó las acusaciones de que Trump es un fascista: «No veo ningún nazi aquí».
Trump promocionó su historial en política exterior durante su presidencia de 2017-21 y dijo que no iniciaría guerras en el cargo, aunque agregó que si Estados Unidos tuviera una guerra con China, «les patearíamos el trasero».
Las encuestas muestran que Harris y Trump están empatados en los estados clave que decidirán quién será el próximo presidente a poco más de una semana del día de las elecciones. Ya se han emitido más de 38 millones de votos en todo el país.
[Con información de Reuters y The Associated Press]
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