BUENOS AIRES.- La algarabía de los mercados tras el triunfo del republicano Donald Trump en Estados Unidos no se hizo esperar en la plaza argentina, provocando una disminución del riesgo país a niveles que prevén el regreso de la confianza para que Buenos Aires acuda de nuevo a los mercados internacionales para solicitar dinero fresco a un costo razonable.
El riesgo país mide la probabilidad de que un país no pague su deuda lo que se conoce en la jerga económica como “default “. Este indicador se calcula midiendo la diferencia entre el interés que paga un país por su deuda y el interés que paga la Reserva Federal de los Estados Unidos por sus bonos, considerados un punto de referencia por representar el menor riesgo.
Cuando un país tiene un alto riesgo, los inversores y prestamistas suelen demandar tasas de interés más altas, elevando el costo de financiamiento.
El riesgo país de Argentina elaborado por JPMorgan se desplomó a 872 puntos básicos desde los 1,300 puntos de principio de mes. El gobierno argentino ya había celebrado recientemente haber llegado a los tres dígitos cuando se colocó en 900 puntos.
Una cifra de 872 puntos no se veía desde agosto de 2019. El 10 de diciembre de 2023, cuando Javier Milei asumió como presidente, el riesgo país de Argentina era de 1,930 puntos, que alejaba la posibilidad de financiamiento global.
Los títulos soberanos argentinos también se vieron favorecidos este 6 de noviembre, por el buen clima en Wall Street, aumentado el interés por los inversionistas en la compra de estos papeles.
Tras la victoria de Donald Trump en las presidenciales de Estados Unidos se aceleró el impacto de los anuncios positivos en Argentina como la desaceleración de la inflación, la repatriación de capitales, proyecciones fiscales creíbles y un posible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, incluyendo dinero fresco.
Este coctel de buenas noticias hizo que el riesgo país bajara, pero el empujón mayor ocurrió este miércoles tras conocerse los resultados electorales en EEUU, lo que arrojó un sentimiento favorable en los mercados.
Con la baja del riesgo y la inflación mensual esperada para octubre en cerca del 3% mensual, el Gobierno empezó a ver con mayor claridad la posibilidad de cubrir los pagos de deuda hasta mediados de 2025 sin emitir deuda en el exterior, y de avanzar en su plan de devaluar más despacio para que los precios perforen el 2%, eso sí aún manteniendo el cepo (restricción cambiaria).
El presidente Javier Milei, que prometió en su campaña liberar el mercado de divisas, ha tenido una actuación conservadora dentro de una estrategia que le ha funcionado como es el control de inflación y mantener a raya las reservas internacionales.
Se espera la llegada de más capitales de los propios argentinos, de los cuales entraron en tres meses 18,000 millones de dólares a través de una Ley de “blanqueo”, una repatriación de capitales depositados en el exterior o que las personas naturales y jurídicas los tenían “en negro” es decir en una caja de seguridad o en “el colchón“. Se pueden “blanquear” hasta 100,000 sin pagar impuestos y no se especifica el origen de los mismos.
Mayor a ese monto, de $100,000, hay unas restricciones de uso hasta 2025. La Ley de Blanqueo de Capitales 2024 también llamada de sinceramiento fiscal, es una oportunidad para quienes tienen capitales no declarados. El objetivo del gobierno es fortalecer las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Qué es el “blanqueo”
El blanqueo brinda un “perdón fiscal” para las personas que se regularicen y coloquen sus divisas en las cuentas especialmente destinadas para tal fin, monitoreadas por el ente emisor.
Esto ha tenido su impacto positivo en el renglón de depósitos en dólares del sector privado, que aumentó un 75% desde el 1 de agosto, alcanzando su mayor valor desde agosto de 2019.
Y los préstamos en divisas al sector privado subieron también 22,1% desde agosto, informó el gobierno.
Si sigue bajando el riesgo país Argentina probablemente pueda reingresar a los mercados internacionales de deuda en 2025, tras siete años de ausencia.
Como contexto histórico, el entonces presidente Mauricio Macri retomó los mercados internacionales con un riesgo país de alrededor de 500 puntos básicos a mediados de 2016, pudiendo colocar papeles a 100 años.
Javier Milei y su equipo económico liderado por el ministro Luis Caputo, caminan con pasos firmes previo a una salida del cepo. Optan por una visión pragmática esperando tener asegurada todas las variables macroeconómicas. El diferencial cambiario entre el dólar oficial y el paralelo es de 11%, frente al 100% cuando llegó el nuevo gobierno, lo que revela la estrategia del «encuentro» de las dos tasas.
FUENTE: EL CLARIN / LEY DE BLANQUEO DE CAPITALES/ LA NACIÓN / EL FINANCIERO / DIARIO LAS AMÉRICAS