El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva lleva meses hablando del tema en diferentes foros internacionales: aplicar un impuesto de 2 % a 3.000 multimillonarios para financiar la lucha contra el hambre. Pero ahora lo pondrá en la agenda de la cumbre de líderes de países del G20 que comienza este lunes en Río de Janeiro.
Con ese plan se podrían recaudar entre 200.000 y 250.000 millones de dólares, según su principal promotor, el economista francés Gabriel Zucman, profesor asociado de Políticas Públicas y Economía en la Universidad de California, con quien se ha asesorado Lula Da Silva.
Zucman ha tenido el apoyo de Lula, quien desde la presidencia del G20 ha dado prioridad a los temas que conciernen a las naciones en vías de desarrollo, tales como la reducción de la brecha de desigualdad y las reformas a las instituciones multilaterales.
«Muchos insisten en dividir el mundo en amigos y enemigos, pero a los más vulnerables no les interesan las dicotomías simplistas», dijo Lula el pasado mes de mayo.
Creado en 1999, el G20 agrupa a 19 países y a dos organismos regionales: la Unión Africana y la Unión Europea. Sus miembros representan alrededor 85 % del PIB mundial y más del 75 % del comercio mundial.
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Los países del G20 se comprometieron a «cooperar para garantizar que los más ricos sean efectivamente gravados», tras una reunión de los ministros de Finanzas del grupo celebrada en Río de Janeiro a finales de julio.
La cumbre el lunes se centrará en la presentación oficial de la «alianza Global contra el Hambre y la Pobreza», propuesta por Lula, quien proviene del sector metalúrgico y nació en el seno de una familia sumida en la pobreza.
Los analistas consideran que es pronto para saber si esta propuesta podría avanzar entre los líderes del G20, en especial cuando la actual administración demócrata de Estados Unidos está de salida y un segundo gobierno no consecutivo del republicano Donald Trumpo comenzará el 20 de enero.
Brasil cederá la presidencia rotativa del G20 a Sudáfrica.
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Impuesto global en el contexto que se avecina
Consultado sobre el origen de la propuesta, el profesor asociado del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia Roberto Goulart Menezes afirma que la idea no es nueva.
Dijo además que si bien «el apoyo del presidente Joe Biden a la iniciativa es fundamental», considera que con la llegada de Trump a la Casa Blanca podrían perder importancia las propuestas que avanzan desde el 2021.
Goulart Menezes explicó también que «esto no impide que los países fuera del G20 lleven adelante la propuesta».
José Gonzales, economista, director de la firma de asesoría financiera CGC Advisors sostiene que «con la elección en EEUU hoy día los planteamientos van a ser distintos, de acuerdo con lo que ha planteado la administración Trump».
Gonzales opina que la nueva administración va a «continuar con la reducción de esas cargas fiscales en los sectores de mayor ingreso. Eso va a plantear un ruido en una reunión del G20, donde el presidente de los Estados Unidos, José Biden, está de salida”.
Pero no solo será la resistencia de Trump. Menezes está convencido de que otro mandatario que no ve con buenos ojos el plan de Lula es su homólogo argentino, Javier Milei, quien participa por primera vez en un encuentro del G20.
“Javier Milei está en contra de la propuesta por su política ultraliberal. Vale recordar que Argentina aprobó en 2020 un impuesto a las grandes fortunas y recaudó alrededor de 3.000 millones de dólares», destaca Menezes.
Copacabana militarizada
Más allá de la acogida que pueda o no tener la iniciativa de Lula, la ciudad ya está lista para recibir a los líderes y ha reforzado su seguridad con unos 26.000 agentes de la policía y el ejército, cuyas patrullas y hombres fuertemente armados se pueden ver incluso en la popular playa de Copacabana.
La militarización de Río de Janeiro fue evidente después de que el miércoles se registraron dos explosiones cerca del Tribunal Supremo de Brasilia, la capital del país
La Policía Federal de Brasil dijo que no se trató de un hecho aislado y está siendo investigado por unidades antiterroristas.
Cambio Climático y desigualdad
Con la consigna de «Construir un mundo justo y un planeta sostenible», se reúne este año el grupo de países del G20, con una agenda que incluye la firma de compromisos para luchar contra la crisis climática, según se reseña en el portal oficial del G20.
Sin embargo, los acuerdos podrían revertirse con la vuelta de Trump a la Casa Blanca, quien muestra escepticismo en este asunto.
La cumbre de líderes en Río de Janeiro se lleva a cabo apenas dos días después de la celebración en Lima del Foro Económico de Cooperación Económica Asia Pacifico, en el que coincidieron los presidentes de Estados Unidos José Biden y de China Xi Jinping, quienes también están en Río.
A juicio del economista José Gonzales, ambas naciones son cruciales para el G20: “La discusión privada entre los líderes es cómo nos aglutinamos para compensar una administración norteamericana que se podría alejar de los conflictos internacionales, particularmente en Ucrania y en Israel, (con el regreso de Trump) y que se retraiga del comercio internacional, cosa que favorece a China».
González afirma que la atención estará centrada en lo que «diga o haga Xi Jinping, pues mayor socio comercial de América Latina es China».
Xi inauguró en Lima el Puerto de Chancay, una estructura de 1.500 metros, cuya construcción fue financiada en buena medida por capitales chinos. Esa terminal marítima «capitalizará la mitad del comercio internacional entre China y América», de acuerdo con Gonzales, cuando estén listos los siete muelles que exhibirá.
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