Orsi, abanderado de la coalición de izquierdas que encabeza el Frente Amplio, obtuvo 49,8% de los votos, en tanto el candidato oficialista Álvaro Delgado alcanzó 45,8%.
El nuevo mandatario prometió «una izquierda moderna» para abordar imperativos como la falta de vivienda, la pobreza y la delincuencia.“La estabilidad está en el corazón mismo de la política uruguaya. Ambos candidatos la prometieron repetidamente. Los analistas sostienen que es la gran virtud de Uruguay. De hecho, ha ayudado a que el país de 3,4 millones de habitantes se convierta en uno de los más prósperos de América Latina, con una desigualdad relativamente baja y un estado de bienestar en gran medida funcional”, indicó The Economist en su editorial tras las elecciones.
En su primer discurso como presidente electo, Orsi dijo que su intención es gobernar para todos los uruguayos. “Voy a ser el presidente que convoque una y otra vez al diálogo para encontrar las mejores soluciones, por supuesto con nuestros planteos, pero también escuchando muy bien lo que nos dicen los demás”, enfatizó Orsi.
El dirigente asumirá el poder el 1 de marzo de 2025: tiene 57 años y es docente en historia. En 2005, asumió como secretario general de la Intendencia de Canelones, el departamento más poblado después de Montevideo. Además, fue intendente de ese departamento desde 2015 hasta marzo de este año.
El periodista Nicolás Delgado, del periódico El País de Uruguay, destaca que Yamandú Orsi no solo ganó la presidencia de Uruguay, sino que logró una diferencia más amplia que la obtenida por Luis Lacalle Pou en 2019.
“El Frente Amplio no solo retoma al gobierno, sino que, además, volverá con un apoyo electoral mejor que el proyectaban las principales encuestas del país”, indica.Considera que no van a presentarse cambios bruscos en la conducción del Gobierno y refiere que el futuro ministro de Economía, Gabriel Oddone, “es alguien que viene del sector privado, fue socialista en su momento, pero es alguien que se define como de centro, que piensa en la macroeconomía, en sostener niveles aceptables de inflación”.
Delgado enfatiza la tradición institucional y democrática que se ha exhibido en Uruguay con el inmediato reconocimiento de los resultados por parte del presidente, Luis Lacalle Pou, y del candidato oficialista, Álvaro Delgado. En ese contexto, afirma que el actual mandatario invitó al presidente electo a la Cumbre de Mercosur que se celebrará en Montevideo el 6 de diciembre: “Esto una señal de republicanismo”.
El periodista refiere que el presidente electo de Uruguay, en entrevista con Radio Mitre de Argentina, se definió como de izquierda moderada.“Obviamente que, dentro del Frente Amplio, fundado en 1971, hay algunos sectores un poco más corridos al extremo, que reclaman mayor redistribución de la pobreza, mayores impuestos a los grandes capitales. Pero, los sectores del Frente Amplio más poderosos, los que resultaron victoriosos en octubre, cuando se renovó el parlamento, fueron los más moderados”, indica Nicolás Delgado.
A su vez, acota que Yamandú Orsi ha señalado que dos de sus referentes a nivel regional son los presidentes de Brasil y Chile, Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric, respectivamente. “Además, Orsi ha hablado de tender puentes con Javier Milei de Argentina y Santiago Peña de Paraguay”, expresa.
Los grados de la izquierda
La internacionalista Elsa Cardozo asevera que en las recientes elecciones de Uruguay no se vivió una situación polarizada, como ocurrió por ejemplo en Argentina y Brasil, de fuerte rechazo a la gestión anterior.
“Por los discursos, se trata más bien de una alternancia natural en busca de la solución de problemas que la gente siente que no fueron resueltos por el gobierno de la centro derecha. Pero, no va de un extremo al otro. El Frente Amplio se ha ido haciendo más moderado y el perfil de Orsi lo hace incluso más moderado que lo que ha venido a ser Pepe Mujica”, resalta.
Cardozo cree que habrá énfasis en la preocupación por la agenda social, en parte el costo de la vida, “aunque pareciera que Lacalle había logrado mejorar eso, el tema de la inseguridad, el narcotráfico. Hay preocupaciones que creo explican esa vuelta de la izquierda”.
La también investigadora acota que el mandatario electo en Uruguay tiene una posición mucho más pragmática, “quiere resolver el tema de la pobreza, pero también quiere estímulo al crecimiento económico. Es decir, es una agenda pro mercado acompañada por medidas sociales”.
Subraya que actualmente se habla no tanto de izquierdas, como de progresismo. En la región, hay diferencias importantes.“Cuando se ve la experiencia de Chile, al fin y al cabo, hay un gobierno de izquierda, pero muy respetuoso de la institucionalidad. De hecho, fracasó el proyecto de reforma constitucional y Boric siguió con su gobierno y ha mantenido su compromiso con los derechos humanos”, puntualiza.Añade que, en el balance de la izquierda, cada vez aparecen menos países como Nicaragua y Venezuela: “Son, básicamente, regímenes autoritarios con rasgos totalitarios”.
Asimismo, Cardozo señala que lo que se valora es que las izquierdas sean democráticas.Explica que es diferente el correísmo en Ecuador de lo que representa Boric en Chile y, a su vez, los casos de Brasil o México, de menos compromiso con los derechos humanos y con la exigencia de los derechos humanos a otros países.
Añade que, dentro de los países con gobiernos izquierdistas se genera tensión y confrontación con los Estados Unidos, pero en términos que tienden a ser más pragmáticos.Indica que Gustavo Petro, en Colombia, “juega con todas esas bandas”.“Creo que hay matices de la izquierda en la región y matices importantes que creo se pueden medir en el compromiso en materia de derechos humanos. Y me parece que es lo que se perfila con el nuevo gobierno de Uruguay, que es más semejante al de Chile que al de Brasil”, enfatiza Cardozo.
Recuerda el discurso y la cercanía de Orsi con el expresidente Pepe Mujica y lo que se dice del mandatario electo, que es “aún más pragmático y menos ideológico que Mujica”.
Margen estrecho
El internacionalista Juan Francisco Contreras sostiene que no puede hablarse de una vuelta de la izquierda a América Latina y que se trata de casos específicos, particulares.
Sostiene que, en el caso de Uruguay, hay una situación coyuntural en la que el candidato oficialista no convenció y se impuso Orsi con una base electoral importante.Indica que la escasa diferencia entre Yamandú Orsi y Álvaro Delgado “evidencia que no habrá una vuelta total a la izquierda en Uruguay. Creo que va a haber un gobierno con relativa mayoría”.
Contreras considera que Orsi se ha desmarcado de algunos casos en la región, como el caso de Venezuela. Asimismo, el analista piensa que la política exterior de Lacalle Pou ha sido exitosa: “Mantuvo a Uruguay liderando algunos temas y, seguramente, así se mantendrá”.
A su juicio, la visión de desarrollo en la región está dividida en dos mitades casi iguales.“El problema es que no hay una visión de desarrollo compartida por todos los habitantes del país y en casos como Colombia o Brasil, donde los cambios han producido un volver a empezar, revive en nuestros países el Mito de Sísifo”, concluye.
@snederr
FUENTE: Diario Las Américas , El País, The Economist