CARACAS.- En medio de una prolongada inestabilidad económica y política, millones de venezolanos han sido forzados a dejar su país natal en busca de nuevas oportunidades. A pesar de los desafíos que han enfrentado, muchos mantienen viva la esperanza de regresar a una Venezuela renovada y próspera.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estima que más de 7,7 millones de venezolanos han emigrado desde 2014, estableciéndose en diversos países de América Latina y más allá. A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Venezuela, la diáspora venezolana sigue con atención los acontecimientos, esperando un cambio que permita un día su regreso.
Esperanza desde EEUU y Colombia
Yuly Macedo, abogada de 47 años, se mudó a Miami en 2016. A pesar de las dificultades, sigue esperando un cambio en Venezuela. Aunque no planea regresar pronto, mantiene viva la esperanza de una Venezuela renovada. “Nunca perderemos la esperanza de un futuro mejor para nuestro país”, dice con firmeza.
Por su parte, Mayra José Marchán, economista de 52 años, ayuda a movilizar a los votantes de la oposición desde Florida. A pesar de las amenazas en Venezuela, trabaja por una nación diferente y sueña con un futuro mejor para su país natal. “Sueño con una Venezuela diferente. Trabajo por una nación mejor,” comenta.
Mientras tanto, María Auxiliadora Añez, de 60 años, encontró en Colombia un refugio y una oportunidad para reinventarse. Desde 2020, ella y su esposo administran un camión de comida venezolana en Bogotá, una empresa que les ha permitido mantenerse y mantener viva su cultura. “Mi sueño es ver una Venezuela donde podamos tener una vida digna, con servicios básicos asegurados,” comenta Añez, quien sueña con regresar a su tierra natal.
Asimismo, Ana Isabel Gómez, de 51 años, emigró en 2014 por la seguridad de su familia. En Bogotá, fundó un centro de bienestar y una organización que envía medicamentos a Venezuela. Su optimismo es contagioso: “Sé que un día regresaré a una Venezuela mejor. No perdemos la fe en un futuro brillante para nuestro país,” afirma.
Superación en Chile
Emilia Lizbeth Angulo, abogada de 51 años, dejó Mérida en 2018 después de enfrentar represalias por negarse a apoyar manifestaciones progubernamentales. Establecida ahora en Chile como asistente administrativa, Angulo mantiene la esperanza de regresar a Venezuela. “Estoy esperando el momento adecuado para volver a casa,” dice con determinación.
Por otro lado, Liseth Díaz, ingeniera en sistemas de 46 años, y su familia emigraron en 2017 después de enfrentar inseguridad en Venezuela. Ahora, en Santiago, Chile, trabajan en la industria de la fibra óptica. Aunque no planean regresar en el corto plazo, Díaz asegura: “Nuestra esperanza de un cambio en Venezuela sigue viva. Queremos volver cuando sea seguro y estable.”
Oportunidades en España
José Alberto Morán, de 29 años, dejó Caracas en 2016 y se estableció en Madrid, donde trabaja en la venta de azulejos. Aunque no pudo registrarse para votar en las elecciones del domingo, mantiene la esperanza de que Venezuela cambie para mejor. “Regresaré cuando mi país pueda ofrecer seguridad y estabilidad,” expresa con convicción.
Finalmente, Jacobo Alonso Sequeiros, quien dejó Venezuela en 2012, trabaja como ingeniero informático en España. Aunque no planea regresar permanentemente, tiene la esperanza de que las elecciones marquen el comienzo de un cambio positivo. “Espero que las circunstancias mejoren para poder considerar volver,” señala.
Mientras los venezolanos se preparan para las elecciones, las historias de estos migrantes reflejan una resiliencia admirable y una esperanza inquebrantable. A pesar de los desafíos, muchos sueñan con regresar a una Venezuela renovada y próspera. Estas elecciones podrían ser el primer paso hacia ese futuro brillante que todos anhelan.
FUENTE: Con información de AP