CARACAS.- Las tensiones diplomáticas entre Venezuela y España se intensificaron este viernes luego de que Caracas llamara a consultas a su embajadora en Madrid, Gladys Gutiérrez, en respuesta a las críticas emitidas por la ministra de Defensa española, Margarita Robles, quien calificó de «dictadura» al régimen de Nicolás Maduro, un comentario que fue duramente condenado por el régimen venezolano.
El canciller del régimen chavista, Yván Gil, anunció la medida a través de su cuenta en la red social X, donde también confirmó la convocatoria del embajador español en Caracas, Ramón Santos, para que comparezca ante el Ministerio de Relaciones Exteriores. Gil calificó las declaraciones de Robles como “insolentes e injerencistas”, subrayando que constituyen una “grave intromisión” en los asuntos internos del país.
El conflicto se produce en un momento en que las relaciones entre ambos países ya estaban tensas por el reciente asilo político concedido en España al presidente electo de Venezuela, Edmundo González, quien tras permanecer meses en la clandestinidad, arribó a Madrid el pasado domingo, solicitando protección ante lo que calificó como una persecución política en su país.
En respuesta a la llegada del líder opositor, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, afín al régimen, propuso cortar todos los vínculos diplomáticos y comerciales con España. «Que se retiren todos los representantes del gobierno español de Venezuela, y que nosotros llamemos a los nuestros desde allá», exigió Rodríguez en un encendido discurso desde el Parlamento.
Postura ambigua del gobierno español
A pesar de las críticas lanzadas por la ministra Robles, el gobierno español, encabezado por el presidente socialista Pedro Sánchez, mantiene una postura cautelosa. Por su parte, el Congreso español, bajo la presión de la oposición conservadora, instó al gobierno a tomar una postura más firme y reconocer a González Urrutia como el legítimo ganador de los comicios.
José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores de España, restó importancia a la decisión de Caracas de llamar a consultas a su embajadora, señalando que «estas son decisiones soberanas de cada Estado» y afirmando que España busca mantener relaciones cordiales con Venezuela. Al ser interrogado sobre si compartía las declaraciones de Robles, Albares evitó una respuesta directa, sugiriendo que la diplomacia debe alejarse de los calificativos políticos.
Escalada internacional
El aumento de las tensiones con España ocurre en medio de un creciente aislamiento internacional del régimen de Maduro. El jueves, Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra varios altos funcionarios venezolanos, acusados de bloquear un proceso electoral transparente y de manipular los resultados de las elecciones presidenciales. Entre los sancionados se encuentran la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Caryslia Rodríguez, y el general Domingo Hernández Lárez, jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada.
El régimen venezolano condenó las sanciones impuestas por Washington, calificándolas de un «intento más por desestabilizar la democracia en Venezuela», mientras que Estados Unidos reiteró su llamado a la transparencia en los comicios.
Impacto en la diáspora venezolana
Con más de 280.000 venezolanos viviendo actualmente en España, la escalada de tensiones entre ambos países generó preocupación entre la comunidad migrante. Muchos de ellos han expresado temor de que las represalias diplomáticas de Caracas afecten su estatus migratorio y las relaciones consulares, en particular en temas como la renovación de pasaportes y documentos de identidad.
Mientras tanto, el líder opositor González Urrutia continúa su estancia en Madrid, donde ha recibido el apoyo de diversas figuras políticas y organizaciones internacionales que claman por una resolución pacífica a la crisis política en Venezuela.
FUENTE: Con información de AFP