El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó recientemente que las políticas migratorias restrictivas, aunque buscan reducir tensiones sociales, podrían afectar negativamente la «productividad» de los países receptores.
En un adelanto de su Informe de Perspectivas Económicas Globales, el organismo destacó que los flujos de migrantes y refugiados, manejados adecuadamente, representan una oportunidad para impulsar el crecimiento económico.
Asimismo, señala que medidas más estrictas en una región pueden desviar migrantes hacia otras zonas, aumentando allí la presión sobre servicios públicos pero también generando beneficios a mediano plazo. Según el FMI, si una política disuade el 20 % de los flujos migratorios en un área, otras regiones podrían recibir un 10 % más de llegadas en cinco años, lo que elevaría su producción en un 0,2 %.
Impacto diferenciado y oportunidades
El informe subraya que los efectos positivos son mayores cuando las habilidades de los migrantes complementan las de la población local. «En economías emergentes, una mejor integración de refugiados puede tener impactos particularmente altos», resaltó el FMI. No obstante, advirtió que los desafíos persisten cuando los recién llegados no logran insertarse en el mercado laboral.
Los datos del FMI revelan que, en 2024, había 304 millones de migrantes y refugiados en el mundo (3.7 % de la población global), casi el doble que en 1995. El organismo enfatizó la necesidad de cooperación internacional para distribuir costos y maximizar beneficios, sugiriendo inversiones en infraestructura y desarrollo del sector privado.
El informe completo se presentará durante las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial (21-26 de abril en Washington), donde también se discutirá el envejecimiento poblacional y su impacto económico.
Este análisis se publica en un contexto marcado por el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos, impulsadas por el gobierno de Donald Trump desde el inicio de su segundo mandato presidencial, el pasado 20 de enero.