María Corina Machado participa en una manifestación con motivo del 66 aniversario del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez, en enero de 2024, en Caracas
MIGUEL GUTIÉRREZ (EFE)
El chavismo ha bloqueado por la vía judicial a María Corina Machado, la principal líder opositora escogida en primarias para la carrera a las presidenciales de este 2024. Con una inhabilitación inconstitucional, hecha sin juicio, en Venezuela una vez más se están confeccionando unas elecciones a la medida de Nicolás Maduro, que previo a las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia alzó la bandera de la Furia Bolivariana, un plan de control social al que ha convocado a “la unión cívico, militar y policial” para enfrentar cualquier conspiración para sacarlo del poder.
Por: El País
El Gobierno venezolano ha echado mano de tácticas recurrentes. Logró una interlocución con Estados Unidos para flexibilizar las sanciones petroleras y llegó a unos acuerdos de Barbados bastante inciertos. En las negociaciones se pactó un mecanismo para revertir las inhabilitaciones, usadas por el chavismo para sacar del camino a sus adversarios políticos. Con las presiones de Washington, finalmente se ejecutó un procedimiento y el resultado es el que ha querido la cúpula en el poder. Se han quedado por fuera los competidores de fuerza, como Machado y también Henrique Capriles Radonski —que ya se enfrentó a Maduro hace una década— y se ha abierto el paso a aspirantes prácticamente desconocidos y de poco respaldo.
Estados Unidos ha dicho este sábado que las decisiones tomadas por el Supremo socavan las posibilidades de una elección presidencial competitiva, por lo que anunció que revisará su política de sanciones que había flexibilizado en noviembre pasado. Pero para el chavismo así ha cumplido con Barbados y con la comunidad internacional. Y en lo interno ha sacado los dientes.
Esta semana, el 23 de enero, una fecha emblemática dentro de la política venezolana en la que se conmemora la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, que gobernó en la década de los años cincuenta, la Furia Bolivariana se dejó ver. En un ataque coordinado, se hicieron pintadas con amenazas y marcaje de fachadas en al menos 20 sedes de partidos políticos, universidades, emisoras de radio, organizaciones sindicales y gremios en todo el país. También se marcaron las viviendas de algunos activistas. Los servicios de inteligencia detuvieron —y desaparecieron durante horas— a cinco dirigentes políticos de Vente, la agrupación de Machado. La operación coincidió con las denuncias de Tarek William Saab, fiscal aliado de Maduro, de cinco supuestas conspiraciones para asesinar al mandatario.
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