Esta semana Kamala Harris se convirtió en la candidata oficial del Partido Demócrata al aceptar la nominación presidencial. El empleo, el acceso a vivienda y el derecho al aborto fueron los temas dominantes de su discurso de aceptación. Los demócratas hicieron todo lo posible para impulsar a Harris en el camino del éxito. Pero ¿qué tan efectivos pueden ser estos temas en un electorado que aún no termina por favorecer decididamente a candidato alguno?