La ciudad Colonial Williamsburg, en Virginia, Estados Unidos, es el museo viviente más grande del mundo con unas 120 hectáreas de construcciones que albergan sitios emblemáticos del período colonial británico en América.
El visitante puede vivir una experiencia única de paseo entre calles con casas restauradas y ambientadas con personajes de la época de gloria de la ciudad que desde 1699 hasta 1780 fue la capital de Virginia, una de las más influyentes colonias en el Nuevo Mundo, y donde se gestaron las primeras ideas revolucionarias que llevarían a la independencia de Estados Unidos.
Se precia también de tener la primera escuela de leyes de EEUU, la Universidad de William & Mary, un centro académico de formación de abogados de la nación desde 1693, cuando el rey Guillermo y la reina María de Inglaterra firmaron la carta para crear el colegio.
En 1779, se convirtió en la primera Facultad de Derecho de Estados Unidos, con una reorganización impulsada por Thomas Jefferson, quien era gobernador de Virginia y después sería el tercer presidente del país, quien estudió leyes en ese centro de estudios.
Se considera que “Williamsburg fue el centro político, cultural y educativo de lo que entonces era la colonia estadounidense más grande, más poblada y más influyente”, según la Fundación Colonial Williamsburg, que gestiona este complejo histórico de museo desde su restauración en 1926, unos 146 años después de que la capital de Virginia fuera traslada a la ciudad Richmond.
El proyecto corrió por cuenta del reverendo W.A.R. Goodwin, rector de la iglesia parroquial que con el apoyo del filántropo John D. Rockefeller Jr. impulsaron el proyecto de restaurar la ciudad en su apariencia del siglo XVIII.